UNA HERENCIA ESPECIAL

Mi tía Antonia es la hermana pequeña de mi madre. Hace tiempo me dijo que me regalaría la única  muñeca que conserva de pequeña y aquí está.

Se la trajeron los Reyes cuando tenía unos 7 años y según cuenta, como el presupuesto de mis abuelos no daba para más, le daba una vuelta y se la guardaban hasta el año siguiente.

Mide 39 cm, lleva un llorón que cuando mueves la muñeca suena y todavía conserva las uñas pintadas de rojo.
No lleva marca alguna pero gracias a la ayuda de Añoranza, que es un encanto, sabemos que se llama Chelito y buscando con ese nombre he leido que es de la casa Berenguer y parece ser de los años 40.

El pelo es de mohair y lo lleva pegado y peinado en dos trencitas. Los ojos creo que son de cristal y están amarillentos. 

Los ojos durmientes llevan las pestañas superiores de pelo y las inferiores pintadas y dentro de la boca se aprecia la lengua de ropa.

Lleva un sencillo mecanismo que al tirarle de las manos la hace andar y girar la cabeza al mismo tiempo.

Mi tía la rescató de casa de mis abuelos cuando vaciaron el piso hará unos 20 años y como el vestido original estaba hecho polvo le mandó hacer este a medida en la Policlínica de bebés.

A mi tía le dio un poco de pena desprenderse de ella cuando llegó el momento de dármela pero sabe que yo soy la única de la familia que aprecia lo que representa.

Ya la tengo arregladita y puesta en un sitio de honor junto a las comuniantas que están en la vitrina del recibidor, así cuando mi tía venga a casa la podrá ver.