SACAPUNTAS PLAYME

Cada cierto tiempo tiene lugar en casa de mis padres un extraño fenómeno paranormal durante el cual se materializa, en un armario, alguno de mis juguetes. Esta vez ha sido un barri blanco y sin cejas de mi hermana y mis queridos sacapuntas.

Se fabricaron en los 70 y había infinidad de modelos. Primero eran del color del metal y más tarde de colores. Recuerdo que los íbamos comprando uno a uno en una papelería del barrio. Tienen un color blancuzco y si alguién sabe como mejorarlos le agradecería que me lo dijera.

Mis muñecos, tan apañados ellos, ya se los han agenciado:

La flamante pareja de hecho se ha comprado un pisito (a 50 años) y como todavía no les han dado la luz se alumbran con el quinqué y la lamparita. Por cierto que como a Lucas no le hicieron pijama se ha tenido que poner una camiseta estilo imperio de la señora de la parada de Navidad.

Marisol anda preparándose el vestuario de verano del Corta y cose con la máquina de coser

Las parlanchinas andan ensayando con el bingo porque quieren ser presentadoras del Telecupón

Mi mocosín recibe clases particulares de geografía con la bola del mundo. Dedicado a Mª José que preguntaba por él. (Le he tenido que tapar los pies para que no se vean los mordiscos del gato).

El barri-Mozart compone melodías con el piano

y la Gatsby ha decidido tejerse su propio mantón con la rueca

Tenía más: la caja registradora, la campana, el timón... pero todavía no han aparecido. Espero que os haya gustado y os haya traido tantos recuerdos como a mi.